No es fácil cazar a Jon Lee Anderson para una entrevista. El prestigioso reportero de la revista The New Yorker estuvo la semana pasada en Caracas (Venezuela), después viajó a New York (Estados Unidos) y siguió más tarde al DF de México. Aceptó una entrevista exclusiva con LA GACETA vía e-mail y respondió a las consultas desde su smartphone (teléfono inteligente), mientras esperaba su vuelo en el aeropuerto de la ciudad de Panamá.
Anderson está convencido de que habrá un antes y un después, tras las revelaciones de Wikileaks. Pero advierte que hay muchos intereses por demonizar a su fundador Julian Assange, lo que puede terminar llevándolo a la cárcel por muchos años.
-¿Se debe tratar a Wikileaks como a cualquier otra fuente?
-Un filtro de información o de un documento, no es precisamente igual que cualquier otra información, aunque un documento de por sí tiene alguna ?pureza? que no tiene un testimonio humano. Creo que tiene que tener alguna interpretación antes de ser ?entregado? al público, al menos, para que así lo sepan asimilar en contexto. En general, diría que el tratamiento que le han dado al tema los diarios en convenio (The Guardian, New York Times, El País, Le Monde y Der Spiegel) lo han hecho bien.
-¿Es periodismo?
-Si es periodismo: pues no, precisamente, pero eso tampoco lo descalifica. Es decir, desde ya hay mucho ?periodismo? antes de Wikileaks, que se trataba de información que fue filtrada o ?chorreada? de los mismos gobiernos y sus oficiales y diplomáticos y otros "spin-masters", también de corporaciones, que ahora reclaman justicia porque sus confidencias se hacen públicas. O sea que construir el periodismo es debatible a veces y polémico, pero ofrece un gran servicio público. Sin filtraciones, por ejemplo, nunca habríamos sabido de la "Masacre de My lai" (un ataque contra civiles que perpetró el Ejército de Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam), de "Watergate" (emblemático escándalo político en los Estados Unidos durante el mandato de Richard Nixon), de la prisión de "Abu Ghrain" (bajo dominio de Saddam Husseim), entre otros.
-¿Va a cambiar el mundo a partir de estas revelaciones?
-Sí, creo que habrá un antes y un después con Wikileaks. El espacio para operar en secreto por parte de los gobiernos se disminuye; el público moderno, alertado ya de la incompetencia de sus políticos en zanjar los dilemas del mundo (guerras, economía, etcétera) y a veces culpables de estos mismos, se sienten más en su derecho en saber más y reclamar más.
-Decir la verdad, muchas veces lleva implícito que se descalifique a la persona. En este caso, se descalifica a Assange, pero no se niega el contenido de la información. Con Assange en prisión podría callar a Wikileaks?
-Será difícil poner al fenómeno "Wikileaks" otra vez en su closet, así lo creo.
-Sabemos que el periodista no debe ser la figura, ni el protagonista, sino sólo un mensajero, pero el caso Wikileaks ha convertido a Assange en una estrella. ¿Esto es peligroso?
-Pues él como individuo en lo fundamental, no. Creo que más bien puede ser una fuerza saneadora de la política internacional moderna, pero sí es peligroso para ciertos ?statu quo?. Lo que sí creo que es un error personalizar el fenómeno Wikileaks demasiado, y en eso, creo que han pecado los medios. Pero alentados por los mismos gobiernos y políticos que buscan satanizarlo para desacreditar lo que hace. Si Assange es tratado como un "extraño, siniestro, oscuro o pervertido", que es más o menos el cuadro que se va pintando, entonces el público cuestiona sus motivos. En este ambiente picado, es posible que en cualquier momento logren pintarlo como un "ciber-terrorista", y lo encierren por 20 años de cárcel.
-¿Crees que todos los periodistas y los medios deberían defender la libertad de Assange y la filtración de sus documentos?
-No creo que sea el deber de todos, no. Creo que, como dije, hay polémica y un debate válido en torno a lo que hace, pero no creo que todos tengan que estar de acuerdo. Eso sí: los medios que han convenido en publicar sus filtraciones tienen, creo, el deber sobre los demás en defenderlo y en administrar el debate público que eso genere.
-El hecho de que los diarios más importantes del mundo hayan trabajado en forma coordinaday en equipos especiales para filtrar los documentos... ¿renace un nuevo periodismo o es igual que siempre?
-Como decía antes. Para resumir, creo que si hay cosas que deben quedarse en secreto en este mundo y muchas cosas que no. Este es un mundo peligroso así que tiene que haber ciertos límites con determinada información, aunque reconozco que es difícil establecer cuáles son esos límites. Así como el Internet abrió ese debate en términos muy amplios, Wikileaks ha roto el molde y ha establecido un precedente nuevo en el sentido de los secretos de gobiernos y de corporaciones. Puede que lo siga haciendo todavía, pero hasta ahora no creo que haya filtrado nada que atente contra de la seguridad mundial... En fin, creo que es válido debatir todo esto, y creo que juntos, todos, estamos en eso ya.